Caso 2 :  La Inteligencia Desapercibida

 

 

Es imposible otorgar a 30 niños diariamente un ratito, absolutamente imposible. De hecho hay un apartado en proyectos de inteligencia emocional que encarga al maestro, al menos dar un espaldarazo a cada niño una vez a la semana, registrándolo para no olvidar al que no hace ni un ruidito y no reclama tu atención.

 

Con estos niños hay que tener un esmero prudente porque la experiencia me dice que son niños de ovillo. Se van enredando y enredando tanto que cuando pasan varios años aparecen los bloqueos. Sus enredos serían dignos de estudio  de neuroimagen ( en un futuro lo tendremos en las escuelas) para orientarnos cómo piensa y cómo han logrado aprendizajes tan enrevesados. Y a veces sucede al contrario…

Llegó a mi aula porque el tutor ya no sabía qué hacer con ella. Pasaba olímpicamente de hacer algún esfuerzo mental y manual. Tenía once años. Sus ojos eran azules, enormes y profundos, y su rostro era bellísimo aunque sin expresión. Realmente su nombre que no cito, lo habían elegido bien.

El protocolo entonces era al contrario de cómo se viene haciendo ahora. Primero pasaba por la profesora especialista en pedagogía terapéutica que  requeriría del psicólogo en casos muy contados y realmente necesarios fundamentalmente, porque el psicólogo educativo era un lujo.

Para ello había ideado una batería de ejercicios y actividades motoras y cognitivas para observar si podía tener otros problemas para los que requería ayuda psicológica. El protocolo que seguíamos era más resolutivo y práctico. Ahora es tan lento y requiere tanta complicación  del tutor que acaban por no hacer demandas que le vengan a complicar aún más su día a día. Pero los tutores lo avisan, ojo!!

Hoy en día los psicólogos educativos son los  Orientadores fundamentalmente, y se ven enredados en labores administrativas,papeles y pruebas psicológicas, pero se ha perdido esa labor tan preciosa de intervenir ellos mismos a los alumnos que  presentaban problemas más allá del conocimiento docente.  Por una parte está bien, porque muchos  maestros nos hemos tenido que poner las pilas  especializándonos  en  inteligencia emocional, distintos handicaps o trastornos de conducta, etc…, pero por otro lado los psicólogos han acotado su campo cediendo y confiando  sus habilidades y conocimiento a los docentes, y no todos estamos preparados.

 

Cuando le puse a dividir observé que su cerebro trabajaba de forma distinta. Había logrado llegar a integrar la operación con mecanismos más simples pero que indicaban una tremenda destreza numérica y calculadora. Dividía aproximando a la decena centena o millar según los divisores. Le hice una batería de juegos de lógica complicados y los resolvía rápido, me daba respuestas y soluciones sorprendentes. Pedí a la orientadora que la viera por si hubiera un componente de altas capacidades. Y las pruebas hablaron. Tenía una alta capacidad espacial. Qué ciegos estamos! La niña pensaba que lo hacía mal por no aplicar el proceso como se enseñaba. El rastreo de AACC  al paso de Infantil a Primaria es fundamental.

Pertenecía a una familia desestructurada y baldaba a sus anchas en casa y en la escuela. Ese año repitió y no la tuve como alumna al curso siguiente. Me contaron que continuó suspendiendo en el instituto hasta que lo abandonó en cuanto tuvo edad. Sentí el fracaso del sistema como una puñalada. Qué será de ella?

De casos y fracasos. 1. Nervios!! para qué os quiero…

Aprender lo que el cerebro detecta que no es importante para la vida es una misión casi imposible en cerebros dispersos. Y aún así aprenden.

No se puede enseñar cuando no se está preparado para aprender.

Probé con todos los métodos de lectura del mercado y de los que en mi trayectoria he ido ideando con una alumna cuya actividad era frenética. Como no paraba un segundo la perseguía por los rincones, la tomaba en brazos para calmarla y centrara su atención unas décimas de segundo. Le ponía orejeras graciosas que me inventaba para centrar el foco, a veces sosteniéndole la cabeza o persiguiendo sus ojos presentándoles cartones con las letras grandes y de colores o pequeñas y en blanco y negro. Nada, no había manera, ni relajación,ni mindfulnes,  ni juegos, ni inventos, mi paciencia y mis expectativas se agotaban. Aquello era un puro nervio en acción, media hora con ella gastaba más calorías que un mes entrenando crossfit. Era tal mi esfuerzo sin conseguir resultados que llegué a plantearme si servía para la reeducación.

Y llegó su momento o se obró un milagro. Un día quiso leer una notita de clase del niño que le gustaba. No quería que la leyera nadie y la curiosidad debió ser la que le ayudó a conectar las áreas implicadas en la lectura. Estaban todas perfectamente preparadas, lo que le faltaba era conectarlas. Y se dio cuenta que sabía leer al unir las letras y pronunciarlas. Un milagro patente fue cuando se sentó al menos dos minutos y se pudo concentrar.

Me di cuenta que atención y concentración debían responder a mecanismos cerebrales distintos y que los dos juntos eran necesarios para interpretar esos signos escritos que miraba y les «sonaba». Algo había sucedido para que lograra esa concentración en la que se paró el mundo y, estoy segura que  tiene que ver con curiosidad y emoción ( F. Mora). Leyó la nota y le hizo feliz. Y yo lloré más por verla sentada y concentrada que por haber logrado por fin, tras cuatro años, leer. Claro que esa intensa actividad que tenía le guió el aprendizaje y en una semana se leyó lo que no había leído en dos años.

Esta niña aprendía a su forma, entre una voltereta, una patada a la silla o un sal y entra de clase. Cuando descubrió la herramienta de la lectura al momento quiso escribir sus cartas de amor. Y al poco tiempo escribió la poesía más absurda que he leído en mi vida pero a mi me pareció hermosísima.

Con ella aprendí que hay que avanzar siempre. Que no hay que empezar de cero porque el cerebro aprende y lo hace aunque no quiera, lo que no puede hacer a veces es producir y expresar cuando no está preparado. Y con ella aprendí que no es tan importante el método como el interés y curiosidad intrínsecos que actúan de motor y me prendé del milagro de aprender.

N.R. 2.010

 

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Cuando Alba bajó del tejado azul

Como mimetizada con el color azul del tejado de la casita de plástico Alba pasaba los recreos.  Como una gata huidiza y solitaria se escondía del mundo en lo alto. La despeinaban las ramas espesas de los naranjos y limoneros que la protegían. Jugaba con las hojas y arrancaba alguna que otra vez la naranja más naranja y el limón más amarillo para dejarlos caer. Se deslizaba por el tejado cabeza abajo como si no tuviera huesos, se desparramaba por el azul para ver dónde había caído y suponía yo, comprobar si se habían reventado. Así pasaba los recreos un día sí y otro también de cuatro a cinco años.

Era un  Jueves de Diciembre de su segundo curso en la escuelita cuando uno de los compañeros creyó que la naranja había resbalado de sus manos y quiso devolverla a su dueña. Alba miró al niño cabeza abajo desde su atalaya, la cogió y me pareció que  sonrió. La volvió a tirar y el niño se la devolvió de nuevo, así fueron muchas veces hasta que el compi se cansó y pidió a otro niño que «jugara con Alba» que  cuando se cansó no quiso dejarla sola y llamó a una tercera niña  que también pidió relevo a una cuarta y así hasta que la naranja reventó en las manos de la séptima compañera.

Hoy  tiene 9 años, está en 2º de primaria en una escuelita de las que quedan ya pocas. En una misma clase hay tres cursos diferentes y niveles distintos dentro de los cursos por lo que están acostumbrados a ritmos diferentes tanto profesores como alumnos. Alba tiene la permanente tutela de su maestra sombra y sus medidas específicas para aprender lo que necesita. Se acostumbró al ruido, a los achuchones, a esquivar lo inesperado, a esperar su turno, a decir sus primeras palabras, a buscar contacto cuando le apetece y dejarse llevar aunque no lo desee a veces  y , en resumidas cuentas, Alba es feliz porque se le respeta y atiende como necesita.

Hoy volví a ver estas fotos y caí en la cuenta de que  hace mucho tiempo  que no  sube al tejado azul.

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La importancia de automatizar aprendizajes para ser eficientes

¿Ayuda automatizar aprendizajes?

Según el neurocientífico Joaquin Fuster existen distintos tipos de memoria, cuyas conexiones  se van debilitando con el tiempo. Pero es curioso que aquellas conexiones que se establecieron en un periodo concreto de nuestra niñez  ( de 6 a 10 años) no se debilitan tan fácilmente,  si lo hacen, apenas las refrescamos somos capaces de recuperarlas tal y como lo aprendimos.  Esa poesía, adivinanza, refrán o dicho, tablas de multiplicar, canción, técnica de deportes o instrumento musical, etc….

Siempre, desde mi opinión personal, hacer aprendizajes automáticos va a tener dos efectos importantísimos para que el cerebro rinda mejor. Por un lado, el aprendizaje automático libera a la memoria de trabajo de espacio y esfuerzo y, por otro, economiza el recurso limitado de la atención[1].

Dominar para ser eficiente

Mientras más aprendizajes automáticos tengamos más eficiente es nuestro cerebro.  ( Focus , D. Goleman) Al automatizar procesos estamos liberándole de esfuerzo  para hacer otras cosas. De que respiramos solo caemos en la cuenta cuando nos falta el aire. Ocurre con los profesores bilingües, si han automatizado la gramática y dispone de fluidez verbal, se pueden concentrar en responder a una pregunta en otro idioma. Si domino la técnica del tenis y no estoy contando los pasos, pensando en que me tengo que preparar para el golpe o calculando distancia, puedo predecir los movimientos del contrario ya desde que le devuelvo la bola y además crear una táctica. Con dominio del violín puedo expresar e inventar música dominando también el lenguaje musical. Manejando vocabulario, una gramática consecuente y recursos literarios suficientes, puedo elaborar ideas, crear y exponer pensamientos nuevos fluidamente.

Si los niños dominan el cálculo mental o  las tablas de multiplicar fluyen mejor en aquellas actividades que necesitan discurrir y razonar. Hay un periodo especialmente plástico en el que   son capaces de repetir miles de veces aquella actividad en la que quieren ser expertos. Llegan a  hacerse casi obsesivos y logran dominar una habilidad impensables para nosotros los adultos. Los 7- 8 años es un periodo sensible para aprender estos aprendizajes que requieren de repetición. No es de extrañar que sin saber de neurociencias, los maestros decidieran que es la mejor edad para aprender las tablas de multiplicar. Lo que tenemos que hacer los maestros es hacer que disfruten con este aprendizaje memorístico.

 

Simultanear tareas

La concentración dirigida a un foco nos secuestra la atención y la neurociencia nos evidencia que no atendemos a dos cosas a la vez sino que simultaneamos   el foco de atención  D. Goleman)., esto es saltamos de una a otra. La manera de  llevar a cabo varias  tareas fácilmente es que algunas de ellas las automaticemos.

Habla interior

Un recurso muy útil  cuando los aprendizajes automáticos pueden traicionarnos son las autoinstrucciones. Es un habla interior que nos secuencia la acción para mantener la atención (El Instinto del Lenguaje, Pinker).

 

Creatividad y potencial

Los niños se atascan en sus exposiciones porque no tienen recursos lingüísticos y se bloquean en la resolución de problemas porque derrochan tiempo en cálculos mentales fallidos, en encontrar esa palabra que se resiste o en  mantener la idea de una exposición  porque fluye la oratoria, que dibuje paisajes encantados  dominando el trazo o el color, etc…  para llegar al estado de flujo donde se crea e inventa  que es altamente gratificante.

Llenémosle de recursos y herramientas cerebrales si queremos que expresen su creatividad y démosle la oportunidad de encauzar bien ese potencial que sabemos que tiene. 

 

[1] Jesús Guillén https://escuelaconcerebro.wordpress.com/2012/03/04/la-atencion-un-recurso-limitado/

 

 

 

 

 

 

 

¿Un aula inclusiva? ?Cómo se hace?

¿ Qué hago  con una clase con distintos  niveles? Por dónde empiezo? ¿Cómo lo hago? Si me dedico a unos voy a dejar de lado a otros, ¿a quién atiendo antes o después? ¿ Por qué nivel  comienzo?  ¿Cómo implico a todos  a la vez   que se sientan incluidos  los NEAE?

La tarea del profesor es hacer que el alumno sienta que puede acometer cada nuevo aprendizaje como si de un emocionante reto se tratara. Aprender no puede requerir siempre de un esfuerzo descomunal porque el fracaso escolar está asegurado más pronto que tarde.

Hazte estas preguntas sencillas antes de programar un nuevo conocimiento o aprendizaje e incluso proyectos, ahora que están de moda.

¿Qué conoce del tema?

¿Qué puede aprender con lo que sabe?

¿Para qué le sirve lo que va a aprender?

  • Piensa en todos los alumnos de tu aula, en cada una de sus particularidades, problemas y talentos. Piensa en todos y cada uno y detente  en el que menos recursos  tiene. De ahí tiene que partir tu programación. No se trata de incluir un apartado  para atender a los que no llegan o se pasan,  sino que el punto de partida serán los conocimientos de  los niños con menos capacidades y no pongas a ninguno límites, ni techo, pensando en los que tienen más curiosidad y facilidad para aprender.
  • Haz preguntas previas para saber qué saben del tema, mejor hacerlas individuales, no te sorprendas si no escriben  nada. Haz una lluvia de ideas o ingéniate para buscar en su memoria datos que pueden empezar a orientarte. Y si realmente no saben nada, mejor!! así no tienen ideas preconcebidas con lo que el campo está listo para abonar cuando le pases información previa.
  • Despierta curiosidad con algo que les toque, piensa en todos, claro!! Desde una canción rapera a una película, anuncio, imagen, o visita… lo que se te ocurra hazlo divertido y cercano o serio y costoso, según el tema.
  • Da la posibilidad de que el aprendizaje discurra según sus preferencias aunque debes estar  atento porque los niños no tienen adquiridas las funciones ejecutivas que le permiten distribuirse bien los espacios y tiempos.  Pon fecha de entrega cerradas, tendrás tiempo de modificarlas si no van bien de tiempo porque no planificaste bien o el tema se complica.
  • Haz preguntas a mitad de tema,  mediante juegos o actividades divertidas que se te ocurran , por escrito u orales para comprobar si están instalando bien la información y están manipulando los datos correctamente, así reorientas a los que se despistan. Yo hago  juegos de trivial, bingo de palabras  o el pasapalabra me sirven para prevenir y revisar la marcha. Les encanta!! Sirve mucho las autoevaluaciones. Puedes hacer un termómetro o cualquier tipo de gráfico o gamificación. Elabóralo con tiempo y piensa que los items deben corresponderse con el aprendizaje individual.
  • Siéntate con cada uno cinco minutos a lo largo del tema que tratáis, Charla e interésate. Debes hacerle saber que te preocupa su progreso.
  • Hay mucha basura en internet que les entretiene y ellos aún no saben priorizar contenidos ni siquiera saben diferenciar una información veraz de un fake. No te confíes, proporciona  una bibliografía y documentación  elaborada por ti y ofrécele guía de páginas confiables. Enséñale a distinguir lo que es fiable de lo dudoso.
  • Y sí, haz examen. El conocimiento es individual aunque el aprendizaje sea en grupos  o cooperativo. Pero el examen nunca  debe hacerse por sorpresa. Tienen que prepararse a conciencia. Ayúdales con unas preguntas previas de repaso y así das oportunidad al rezagado de ponerse las pilas.  Facilita con recursos y herramientas a aquellos que necesitan de ayuda extra. Ojo!! Las preguntas tienen que corresponderse con lo que han aprendido y tienen que tener un componente creativo. La información que han adquirido tiene que servirles para algo. Haz un examen productivo.
  • Da confianza mostrando interés con sus trabajos y creatividad. Halaga y corrige en la misma proporción. Haz que comprueben ellos mismos cuáles han sido sus fortalezas y debilidades y cómo pueden mejorar.
  • Vete con los alumnos de refuerzo y deja al profesor de refuerzo que se quede en tu aula. Cuántas veces hemos escuchado de los compañeros, «yo no me puedo entretener con los que no aprenden porque tengo que continuar con el programa». Pues ahí se distingue al buen profesor. Los niños con facilidad para aprender solo necesitan ser bien guiados y llegarán por sí mismos. Dedícate al que le cuesta. Eso de «lo explico tantas veces como necesiten mis alumnos» no lo hace nadie. Porque la justificación ya parte de un error puesto  que no todos van a entenderlo aunque lo expliques mil veces.

 

 

A mi me sirve este panel de abeja que me inventé cuando tuve tres cursos en una misma aula y con muchos desfases en ambos. Tras una excedencia de cinco años mi vuelta a la educación fue cuanto menos que traumática. Nunca había tenido distintos cursos en un mismo aula. Imaginad lo que es no tener un minuto libre, explicas a un grupo y pones actividades, te vas a otro  y a otro de una asignatura, cuando te das cuenta ha llegado la hora del recreo y te quedan cuatro asignaturas! No solo no daba abasto sino que el stress iba a acabar conmigo. El primer intento fue agrupar por niveles que no cursos, pero era el mismo collar para distintos perros. Poco a poco fui dando con una planificación que me permitía que los alumnos que progresaban fuesen solos y dedicarme a los que les costaba. El panel de abejorros le llamé.  Eran tiempos sin internet así que lo diseñé en cartulinas sobre corcho ( ese material tan socorrido) y a mano. Ahora hay  webs  y aplicaciones  educativas que lo puedes diseñar  tú mismo y añadir tus usuarios.

 

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Para contactar deja tu mensaje en comentarios o a través de @   neurodiversos.up@gmail.com

[1]  Foto : Revista Neuropsicología, Neuropsiquiatría y Neurociencias, Abril 2011, Vol.11, Nº1, pp. 159-172 159

ISSN: 0124-1265

Para saber más

*J. GEEKE,. (2009). The Brain At School: Educational Neuroscience In The Classroom: Educational Neuroscience in the Classroom. Reino Unido: McGraw-Hill Education (UK)

*BARRINAGA, M Re-mapeando la corteza motora Science.Vol. 268_23 Jun_1995

*BLAKEMORE, SARAH-JAYNE, FRITH, Uta, Cómo aprende el cerebro, las claves para la educación, Ariel, 2011

J. A. MARINA, La inteligencia ejecutiva, Ariel, 2012

*DI GASÚ  F, SEMINARA. A.NEURODIDÁCTICA Y LA IMPLICACIÓN DE EMOCIONES EN EL APRENDIZAJE no 11 (2012): 5-39

 

Aprendizaje

Autor: Neurodiversos

Hay un instante mágico en nuestras vidas que ocurre muy a menudo.

Si no somos conscientes pasa sin pena ni gloria.

El sueño le ayuda a manifestarse.

Si cuesta mucho puede afectar nuestro rictus y llega a obsesionarnos.

Cuando llega ese instante nos inunda una sonrisa plácida de enorme satisfacción y de emociones embriagadoras.

Cambia nuestra  respiración que puede hasta cortarse; la postura se yergue, brillan los ojos, a veces se erizan los pelillos de la nuca.

Tenemos la necesidad de contagiarlo y propagarlo a los cuatro vientos.

Si ese momento es compartido creas lazos de por vida con quien llegó contigo.

No nos acostumbramos jamás y es recurrente durante toda nuestra vida.

Es un momento indescriptible.

Nos llega a todos.

Es el instante en el que el medio penetra en las células modificando nuestro yo y el de quienes estaban en contacto con nosotros en ese instante…

Se llama aprendizaje

Neurodiversos

Autor: Neurodiversos

Hay un instante mágico en nuestras vidas que ocurre muy a menudo.

Si no somos conscientes pasa sin pena ni gloria.

El sueño le ayuda a manifestarse.

Si cuesta mucho puede afectar nuestro rictus y llega a obsesionarnos.

Cuando llega ese instante nos inunda una sonrisa plácida de enorme satisfacción y de emociones embriagadoras.

Cambia nuestra  respiración que puede hasta cortarse; la postura se yergue, brillan los ojos, a veces se erizan los pelillos de la nuca.

Tenemos la necesidad de contagiarlo y propagarlo a los cuatro vientos.

Si ese momento es compartido creas lazos de por vida con quien llegó contigo.

No nos acostumbramos jamás y es recurrente durante toda nuestra vida.

Ni cien años que cumplieres….

Es un momento indescriptible.

Nos llega a todos.

Es el instante en el que el medio penetra en las células modificando nuestro yo y el de quienes estarán en contacto con nosotros…

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